Con nuestro hijo de siete meses, no resulta el día nada fácil. Aunque todo es acostumbrarse, organizarse y aceptarlo. Escribir en mis blogs, trabajar, junto con las tareas diarias, comporta una serie de pautas que en un principio pueden desbordar la paciencia de muchos. La nuestra también.
Hoy estoy cansado, muy cansado. El resfriado no me ha dejado dormir. La cabeza me está dando vueltas y necesito cerrar los ojos...
Pero en la práctica es imposible. Mi hijo, nuestro hijo, nuestro pequeño está ahí. Nos mira con los ojos más despiertos que jamás hallamos visto. Nos requiere con su desparpajo y nos incita a seguirle en sus juegos.
Yo intento estar aquí, contando todo ésto, tanto por la necesidad de mi trabajo, como por la inmensa felicidad que me proporciona el haber sido padre, aunque un tanto tardío, padre digo, de un maravilloso hijo, que me hace vibrar, tan sólo con el más minúsculo de sus gestos.
Disfrutad, os lo aconsejo. DISFRUTAD DE VUESTRO HIJO, con MAYÚSCULAS:
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