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miércoles, 18 de mayo de 2011

Corregir la Displasia de cadera. (II). Punto y Final.

Querría ser justo, imparcial y honrado. Hoy he vuelto a llevar a mi hijo al hospital Ramón y Cajal de Madrid. Las citas eran para realizar una radiografías con la ortesis de cadera puesta en nuestro hijo y también sin ella, para más tarde presentarlas en traumatología infantil . La sesión se ha llevado a cabo dentro de los "límites de normalidad" que compartimos, aunque no los apruebe. Posteriormente, y ya con las radiografías en la mano, nos hemos dirigido a la consulta de la doctora (aquí supongo que tendría que mencionar los nombres, pero de momento no lo voy a hacer, aunque los conozco todos). No hemos esperado más de lo natural y pronto he podido entrar en el desconcierto y la desorientación. Había un doctor en la consulta, un señor algo mayor, ( me reservo su nombre) que ha revisado a nuestro hijo de arriba a abajo. Su diagnóstico ha sido claro y conciso: "Éste niño está sanísimo". La nuevas radiografías así lo confirmaban también.
Una gran alegría invadía mi cuerpo. Pero mi incredulidad iba en aumento al ver cómo dicho doctor interrogaba a su "colega". Las preguntas, como se puedan imaginar, estaban dirigidas al por qué del diagnostico anterior de displasia de cadera izquierda. Tras las vagas respuestas, el especialista iba rebatiendo uno a uno los argumentos de la desconcertada doctora. Su disculpa final rozó casi la ciencia ficción: "la semana pasada ésta cadera no estaba así"...
La mirada del doctor fue de lo más expresiva y divertida. Los allí presente, unos acongojados y otros que estábamos al borde de la carcajada, era una clara muestra de lo que a veces puede suceder al ofrecer " un diagnóstico precipitado".
Dentro de mí, a pesar de la rabia que me invadía, sólo existía una idea. Salir corriendo de allí y abrazar a mi hijo.
Otro tema saltó a la palestra, cuando la doctora enseñó al galeno, la Ortesis de abducción de cadera que le había prescrito. No lo voy a comentar. La conclusión, pues intentar devolverla y que nos reintegren el importe.
Por fin, se acabó la consulta, con la propuesta de la doctora de ver a nuestro hijo, dentro de un par o tres de meses. En mi fuero interno-pensaba- que quizás le mandara una foto.
Salí de allí lo más rápidamente posible y, una vez fuera del hospital, me abracé a mi hijo, entre llantos y risas. Mis dudas habían sido resueltas. Gracias al acreditado doctor. Gracias también a la doctora, pues al menos, con su rubor, supo aceptar que no estuvo afortunada.
Mi conclusión: Los métodos y el protocolo para la prevención de las enfermedades, ha mejorado y mucho. Las actuaciones, en cambio, a veces precipitadas o inducidas, tienen que estar a la altura. Quizás sea por la falta de tiempo o el exceso de pacientes, pero creo que sería bueno revisarlo, por la Salud de todos.

1 comentario:

  1. que buena noticia que todo haya sido un mal entendido! mi bebe tiene 13 meses y lleva ya 7 meses de tratamiento por displacia de caderas. al principio fue doloroso verlo con el arnes puesto,pero comprendimos que es para su bien;mucho mas estos ultimos dos meses en los que comenzo a evolucionar de forma favorable. veremos que nos dice el traumatologo en la proxima consulta! es bueno conocer la experiencia de otros papas que pasaron o pasan por lo mismo.saluda atte:natalia.

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